jueves, 19 de agosto de 2010

Trabajadores de la Empresa PENNWALT Piden Justicia al BCIE


Este jueves los extrabajadores de la empresa PENNWALT se instalaron en plaza españa a eso de las 9 de la mañana para pedir justicia al banco centroamericano de integracion economica (BCIE) , ellos dicen que los altos dirigentes de esa institucion se adueñaron de los equipos y las maquinarias que tenian para trabajar, con el unico objetivo de recuperar su capital. Ya que muchos compañeros de ellos estan muriendo por causa de esta contaminacion por mercurio que fueron sometidos por muchos años de trabajos. Dicen que fueron 18 años de trabajarle a esa empresa.

Ellos dicen que como Roberto Altamirano, hay otros 42 ex-trabajadores que reclaman su indemnización al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), virtual dueño de la fábrica-de la muerte. Este Banco, sabiendo que estaba financiando una empresa altamente tóxica, prestó a la Pennwalt en 1981, cerca de 2 millones de dólares.

Cuando se decreta el cierre, el banco embarga e hipoteca todo: propiedades, edificios, terrenos, maquinarias, equipos, repuestos, etc. Todo esto valorado en 8 millones de dólares. ¡Pero el Banco no quiere pagarles las demandas a los trabajadores! Ellos no piden prestaciones sociales, ellos no piden empleo, ellos no piden aumento salarial ni pago de horas extras...

Ellos piden una indemnización para aliviar a sus familias con la carga que representa la enfermedad de cada uno de ellos. Otros ya no están... Julio César Aráuz, Juan Meza, Aníbal López y Carlos Ortega a quienes el cloro y el mercurio se les comieron las entrañas. Ellos ya no están reclamando frente al BCIE, en Plaza España, aqui en Managua, ellos ya están en otro lado.

En 1967 se instaló en Nicaragua, esta planta productora de cloro y soda cáustica. la famosa Pennwalt(fabrica de la muerte),operó durante muchos años sin ningún control y sin ningún cuidado, ni tan siquiera para la salud de sus trabajadores. Esta planta, ubicada a orillas del Lago Xolotlán, usó el lago como basurero para eliminar sus desechos tóxicos. Y así, a lo largo de muchos años descargó en el lago más de 40 toneladas de mercurio, 600 de ácido sulfúrico y 1.800 de cloro líquido.


Así es como trabajan las corporaciones multinacionales como la Pennwalt: trasladan a los países pobres, países del Tercer Mundo como Nicaragua, aquellos procesos y maquinarias que son un peligro para sus recursos y para sus trabajadores. Se aprovechan de las ventajas que les ofrecen nuestros gobiernos. Gobiernos que no se interesan en preservar los recursos naturales, mucho menos la vida y la salud de sus trabajadores. Pero lo peor es que a los trabajadores no se les informaba sobre los riesgos a que estaban expuestos. Los vapores mortales de mercurio, cloro, soda cáustica y otros componentes químicos, no se ven pero se sienten en la salud. Son un enemigo invisible.

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